Los geranios...

Los geranios de la terraza, cuando me ven asomar, me susurran algunas veces con voz tenue y rosa y, otras veces, las más, me gritan desaforadamente con voz roja y exultante. Y siempre, siempre, me dicen lo mismo: ¡Alguna vez alguien tendrá que cuidar de nosotros...¿no?!

Yo sigo haciéndome el loco, como si no los oyera y pienso para mis adentros, (con la esperanza de que me adivinen el pensamiento) que llegará el día en que logre vencer la desgana, la pereza, la desidia, ese dejar siempre para mañana las cosas que hoy puedes hacer...y, mientras llega ese día, tedrán que conformarse con un poco de agua de vez en cuando.

La verdad, la verdad, es que no se como aguantan los pobres estas madrugadas heladoras y el desinterés que les rodea. A veces pienso que su manera de protestar es precisametne ésa: florecer, florecer y florecer, y no de cualquier manera, no, sino de una forma espectacular.

Conclusión: en vez de estar aquí escribiendo estas memeces, debería estar poniendoles un poco de agua y quitándoles las hojas y las flores muertas.

Mañana, prometo hacerlo mañana (como en badoo)